Sesamum indicum L.
PedaliaceaeUna vez que la expedición pasa por las llamadas Islas de los Ladrones, en torno a la actual Guam, Antonio Pigafetta anota cómo hombres y mujeres de allí se untan cabellos y cuerpo con aceites de coco y ajonjolí. Es una costumbre al parecer entonces frecuente en estas regiones del Pacífico, ya que Pigafetta relatará más adelante cómo también en Filipinas la población local se engrasa todo el cuerpo con aceites compuestos de los mismos ingredientes.
El ajonjolí es en efecto una planta herbácea cultivada por sus semillas oleaginosas, ricas en aceite. El nombre genérico viene del árabe hispano aggulgulín, y este del árabe gulgulán, que significa “semilla de sésamo”, en un claro ejemplo de cómo la etimología explica el propio nombre de la planta y de su producto principal. El epíteto específico indicum hace por lo demás referencia al lugar de origen de esta especie, la India. Desde ahí, el cultivo de esta planta se extendió por toda Asia, África y, desde ésta, por América a raíz del comercio de esclavos, ya que estos utilizaban sus semillas para espesar y en generar dar sabor a sus comidas.
Las semillas de sésamo se destinan a la obtención de aceite con fines tanto culinarios como cosméticos, en general benéficos: en la medicina tradicional ayurveda, el aceite de sésamo se utiliza calentado para dar masajes y tratar así trastornos del sistema nervioso. Por lo demás es una semilla frecuente en la gastronomía y repostería orientales. El hecho de que sea una buena fuente de magnesio, y especialmente el que no contenga gluten, está popularizando el uso del sésamo o ajonjolí en Occidente.